**Productores cañeros prevén finalizar la cosecha el próximo 18 de mayo**
Juan Rubio
Chietla, Pue.
La Unión Local de Productores de Caña de Azúcar (ULPCA-CNC), confirmó que la actual cosecha, clave para la economía regional, culminará alrededor del 18 de mayo, tras superar desafíos logísticos y climáticos. Lázaro Félix Bello García, líder del gremio, detalló los esfuerzos coordinados para optimizar la producción.
Con un avance de aproximadamente el 90% hasta la fecha, la zafra 2024-2025 supera las estimaciones iniciales. Este incremento se atribuye, en parte, a la incorporación de toneladas adicionales provenientes de productores de Morelos, quienes se sumaron a los frentes de corte en la región de Atencingo.
El presidente de la ULPCA, destacó que, pese a tensiones previas por retrasos en certificados de exportación de ingenios, la molienda no se detuvo, evitando pérdidas económicas mayores.
La estrategia para evitar retrasos incluyó rotar equipos de cortadores entre frentes. “No permitimos que un grupo termine totalmente su sector sin apoyar a otros”, explicó el líder cañero, refiriéndose a tácticas para mantener la eficiencia. Aunque algunos productores mostraron resistencia, la dinámica colectiva prevaleció: “Estamos en el mismo barco; si hoy ayudas, mañana te apoyarán” refirió.
Respecto al impacto socioeconómico, Bello García reconoció que, aunque no hay cifras exactas, la zafra genera miles de empleos directos e indirectos, dinamizando comercios locales. No obstante, advirtió que, tras el cierre, muchos trabajadores migrarán a otras labores o regiones, reduciendo la actividad en el campo hasta la próxima siembra.
Sobre el rendimiento, se estima una extracción de 133 kilos de azúcar por tonelada de caña, cifra favorable frente a años anteriores. El representante de la Unión atribuyó este éxito al cuidado en el manejo de cultivos, y a evitar prácticas como el riego excesivo.
El cierre de la zafra 2024-2025 no solo marca el fin de un ciclo productivo, sino también una tradición: camiones adornados y música acompañan las últimas cargas hacia los ingenios, simbolizando el esfuerzo colectivo.
No obstante, persiste la incertidumbre por el clima y los precios internacionales del azúcar, cuyas fluctuaciones impactarán los ingresos finales. Mientras tanto, productores y cortadores se preparan para un desenlace que, más allá de números, refleja la resiliencia de una comunidad arraigada en el sudor de la caña.
