Una discusión en redes sociales escaló a graves acusaciones entre David Faitelson y José Ramón Fernández, dos íconos del periodismo deportivo.
Faitelson y José Ramón desatan una guerra de declaraciones
Una serie de publicaciones en redes sociales derivó en un enfrentamiento público entre David Faitelson y su exjefe, José Ramón Fernández, que rápidamente escaló hasta incluir acusaciones de consumo de drogas, maltrato y conflictos laborales del pasado.
Todo comenzó tras unos comentarios de Faitelson sobre la eliminación de León del Mundial de Clubes, lo que provocó una dura respuesta de José Ramón:
“Después de dos viajes a Europa con todo pagado, con la mujer a lado, primera clase, a España, Oviedo, ‘Ay Jesús, maravilloso’, ahora: ‘te mato, te mato, te mato’ porque el jefe es otro y me paga, me dice que te mate. […] Un sicario profesional, dizque del periodismo, que ya no existe”, expresó Fernández.
La respuesta de Faitelson fue aún más polémica. Afirmó que el término “sicario” era una palabra muy fuerte y lo relacionó con supuestos problemas de drogadicción de Fernández en su etapa final en TV Azteca:
“Quizá se le venga a memoria lo de ‘sicario’ por aquellos graves problemas que tuvo usted con el consumo de cocaína […] el dueño de la empresa lo separó del cargo y lo envió a usted y a su señora esposa, con todo pagado, a España para intentar que se recuperara”.
Faitelson rompe el silencio: “¡Ya basta!”
A través de sus redes sociales, Faitelson publicó un extenso mensaje donde aseguró que no permitirá más ataques contra él ni su familia:
“Fueron más de 30 años de un maltrato emocional, psicológico y hasta físico. Se metió con mi cuerpo, con mi fe, me humilló y aplastó mi autoestima bajo el disfraz del ‘maestro’ […] ¡Ya basta! Ni una vez más… No lo permitiré… Me atacan, ataco. Punto”.
Ricardo Salinas Pliego también reacciona
En medio del escándalo, el empresario Ricardo Salinas Pliego, dueño de TV Azteca, fue mencionado indirectamente por Faitelson como una figura que apoyó a Fernández durante sus supuestos problemas personales.
Salinas Pliego optó por minimizar el tema en su estilo habitual:
“Digamos que prefiero no decir yo nada al respecto, que sea Dios quien lo juzgue […] esa historia ya la cerré, y no acabó de bonita manera entre JRF y yo. Yo estoy de fiesta, ¡dejen tomar a gusto chingado!”.
La disputa entre ambos periodistas revive una historia de tensiones acumuladas y heridas no sanadas que, ahora, han estallado públicamente.