En la junta auxiliar de Teruel, al poniente de Tepeojuma, la comunidad alza la voz ante el abandono y uso irregular de sus canchas deportivas. Desde septiembre de 2023, estos espacios, otrora centros de actividad física para niños y jóvenes, funcionan como depósito de abono agrícola, tras un acuerdo entre el exinspector auxiliar y el comisariado ejidal, Norberto Moreno, sin consultar a los habitantes.
Según testimonios recopilados, la cancha de básquetbol y fútbol rápido fue rentada para almacenar fertilizantes, limitando el acceso a prácticas deportivas. “Nunca se nos preguntó. Priorizaron ganancias económicas sobre el bienestar social”, denunció un vecino, quien destacó que la decisión afecta directamente a decenas de jóvenes que utilizaban el lugar diariamente. Las imágenes compartidas en redes sociales muestran el deterioro del espacio: sin mantenimiento, repleto de sacos agrícolas y con equipos deportivos inservibles.

El conflicto surge de la discrepancia entre el uso recreativo y el lucro privado. Los residentes aseguran que el contrato se realizó de forma opaca, sin informar plazos ni montos. “Exigimos transparencia y la devolución inmediata de la cancha”, agregó otro habitante. Hasta ahora, ni el comisariado ejidal ni la administración municipal han emitido un pronunciamiento oficial.
Mientras las autoridades guardan silencio, la comunidad organiza asambleas para recuperar sus espacios. El deporte, relegado por intereses ajenos, se convierte en símbolo de una lucha por el derecho a la recreación y la participación ciudadana en Tepeojuma.