¿Sirven los cuetes para “espantar” la lluvia durante festividades o sequías? La respuesta de la inteligencia artificial ChatGPT es contundente: no tienen ningún efecto sobre las precipitaciones.
Pese a ser una creencia extendida en diversas regiones, vinculada a rituales religiosos o comunitarios, esta práctica carece de fundamento científico. Los fenómenos meteorológicos como la lluvia responden a procesos atmosféricos complejos a gran escala, relacionados con la condensación del vapor de agua.
Los estruendos de los fuegos artificiales, por intensos que sean, no poseen la energía necesaria para modificar sistemas nubosos o disipar tormentas. Además, su uso durante condiciones climáticas adversas incrementa riesgos de incendios o accidentes.
Mientras algunos mencionan técnicas como la siembra de nubes –que requiere aviones y sustancias como yoduro de plata–, los expertos subrayan que un “paquete de cohetes de feria” jamás equivaldrá a una intervención meteorológica real.
Más que alterar el clima, los cuetes demuestran cómo ciertas tradiciones persisten pese a la evidencia, recordando que, en ocasiones, lo único que ahuyentan es el sentido común… y la tranquilidad de los animales.