La comunidad de Matzaco, en el municipio de Izúcar de Matamoros, ya se prepara para una de sus festividades más esperadas: la Feria del Elote. Del 6 al 8 de junio, este pequeño poblado abrirá sus puertas a más de 20 mil visitantes que llegarán para disfrutar de la edición número 28 de esta tradicional celebración. Con más de 300 comerciantes participantes, la feria es un escaparate de sabores, cultura y arraigo campesino en torno a un producto esencial en la vida rural mexicana: el elote.
Desde hace casi tres décadas, Matzaco se viste de fiesta para rendir homenaje a uno de los cultivos más importantes del país. Durante tres días, las calles de esta comunidad se llenarán de aromas y colores gracias a la creatividad culinaria de sus habitantes, quienes transforman el elote en múltiples formas: hervido, asado, en esquite, como base de pasteles, empanadas, gelatinas y hasta nieves.


El presidente auxiliar, Samuel Marroquín González, dio a conocer que al menos 300 comerciantes estarán presentes en esta edición, ofreciendo una gran variedad de platillos y bebidas que giran en torno al maíz tierno. Se espera una derrama económica significativa, no solo por el consumo local, sino también por el turismo gastronómico que atrae esta feria año con año.
Además de la oferta culinaria, el evento contará con un desfile inaugural, música en vivo, bailes populares y una cabalgata que recorrerá el pueblo el viernes 6 de junio. Esta combinación de actividades convierte a la Feria del Elote en una auténtica celebración comunitaria, en la que participan personas de todas las edades, incluidos campesinos, cocineras tradicionales, artesanos y jóvenes voluntarios.
Uno de los aspectos más distintivos de esta festividad es su vínculo directo con el campo. Para garantizar el abasto del producto estrella, los agricultores de Matzaco destinan cada año cerca de 50 hectáreas exclusivamente al cultivo del maíz elotero. Estos cultivos no solo abastecen la feria, sino que también se comercializan en plazas locales, regionales y en grandes centrales de abasto en ciudades como Puebla, Ciudad de México y Toluca.


Como parte de la experiencia, los visitantes también pueden acudir directamente a los campos de cultivo para seleccionar sus propios elotes y comprarlos en crudo. Esta práctica fortalece el vínculo entre el productor y el consumidor, y es una de las razones por las que muchos asistentes regresan cada año.
La feria no solo representa una fuente de ingresos para las familias de la comunidad, sino también un motivo de orgullo. En Matzaco, el elote es más que un alimento: es símbolo de identidad, esfuerzo colectivo y tradición viva que se transmite de generación en generación.
La Feria del Elote de Matzaco no solo celebra un cultivo, sino toda una forma de vida que gira en torno al maíz. En un contexto donde muchas tradiciones rurales se ven amenazadas por la globalización y el olvido, esta festividad es un recordatorio del poder de la comunidad para conservar su cultura y compartirla con el mundo, un elote a la vez.