Estalla protesta contra gentrificación

-Jóvenes marchan, violencia escala en Roma y Condesa

Una protesta contra la gentrificación en la Ciudad de México terminó en actos violentos el pasado viernes 4 de julio, cuando un grupo de jóvenes arremetió contra comensales, comercios y mobiliario urbano en colonias como Roma y Condesa. La manifestación, convocada originalmente por vecinos inconformes con el alza en las rentas, derivó en enfrentamientos y consignas xenófobas contra residentes extranjeros.

Lo que comenzó como una marcha vecinal contra la gentrificación —proceso de transformación urbana que desplaza a residentes originales por el encarecimiento de la vivienda— escaló hasta convertirse en un episodio de violencia en zonas centrales de la capital. Manifestantes encapuchados lanzaron piedras, palos y petardos contra elementos de seguridad que resguardaban la Embajada de Estados Unidos en Paseo de la Reforma, mientras al paso por restaurantes de Roma y Condesa increparon a comensales con gritos de “¡Fuera gringos!”, incluso llegando a agredir físicamente a algunos.


Además de los ataques verbales y físicos, los inconformes vandalizaron sucursales bancarias, locales comerciales y vehículos de lujo, mientras pegaban carteles y pintas que acusaban el desplazamiento forzado por parte de extranjeros con altos ingresos. La protesta buscaba visibilizar los efectos del encarecimiento en el costo de vida por la creciente presencia de nómadas digitales y residentes foráneos con ingresos en dólares o euros.


La gentrificación ha sido especialmente marcada en colonias como Roma Norte y Sur, Condesa, Juárez, Escandón y Santa María la Ribera, donde el aumento en las rentas ha dejado fuera a habitantes tradicionales, imposibilitados de pagar los nuevos costos. El fenómeno ha generado malestar entre sectores populares que ven mermado su derecho a vivir en sus propias comunidades.
En respuesta, el Gobierno de la Ciudad de México condenó los actos violentos, aunque reconoció como legítimo el reclamo sobre la crisis habitacional.
Clara Brugada, jefa de Gobierno, y el secretario de Gobierno, César Cravioto, llamaron a canalizar la protesta mediante el diálogo y rechazaron discursos
de odio o discriminación.


El asunto escaló a nivel diplomático luego de que el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos emitiera un mensaje irónico en redes sociales, sugiriendo a migrantes mexicanos que desean participar en protestas “usar la app CBP Home para facilitar su salida”. La presidenta Claudia Sheinbaum evitó engancharse en la provocación y recalcó que México es un país hospitalario.


Para intentar encauzar el conflicto, el gobierno capitalino convocó a una asamblea vecinal en Roma y Condesa, con el fin de escuchar a los afectados y buscar soluciones que permitan que los habitantes no sean expulsados por motivos económicos.
La protesta visibilizó un problema creciente en la capital: la desigualdad social intensificada por la especulación inmobiliaria. La tensión entre residentes
originarios y nuevos inquilinos extranjeros refleja un reto urgente para las autoridades: garantizar el derecho a la vivienda sin caer en la confrontación
entre nacionalidades.

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Mafer Muval
Mafer Muval

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