144 muertos y 732 heridos en terremoto

Un violento terremoto de magnitud 7.7 sacudió este viernes el centro de Myanmar, extendiendo su furia a Tailandia, India y el suroeste de China, dejando un saldo preliminar de al menos 144 fallecidos y 732 heridos. El sismo, considerado el peor en la región en casi dos siglos, ha provocado escenas de caos, con edificios colapsados, infraestructuras destruidas y miles de personas atrapadas bajo los escombros. Las autoridades temen que la cifra de víctimas aumente en las próximas horas, mientras los equipos de rescate luchan contra el tiempo en medio de réplicas y la compleja situación política de Myanmar. 

El epicentro del terremoto se ubicó a solo 16 kilómetros al norte de Sagaing, cerca de Mandalay, la segunda ciudad más importante de Myanmar. Según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), el movimiento telúrico fue seguido por al menos cuatro réplicas, con magnitudes entre 4.5 y 6.6, exacerbando la destrucción. 

En Myanmar, gobernado por una junta militar desde 2021, la magnitud de la tragedia es difícil de cuantificar debido al hermetismo del régimen. Sin embargo, fuentes de rescate en Mandalay confirmaron a la BBC que los daños son “enormes”, con cientos de víctimas y edificios históricos, como el Palacio Real del siglo XIX y la milenaria pagoda Shwe Sar Yan, reducidos a escombros. La junta declaró estado de emergencia en seis regiones, incluida la capital, Naipyidó, donde carreteras agrietadas y estructuras derrumbadas obstaculizan las labores de ayuda. 

En Tailandia, el impacto se sintió con fuerza en Bangkok, a 1,000 km del epicentro. Un rascacielos en construcción se desplomó, sepultando a 81 obreros, mientras siete murieron y 68 resultaron heridos. Testigos describieron escenas de pánico, con rascacielos oscilando y piscinas en altos pisos desbordándose. El gobierno tailandés movilizó equipos de rescate, pero la búsqueda se complica por la magnitud de los derrumbes. 

El desastre ocurre en un momento especialmente vulnerable para Myanmar, sumido en una guerra civil y con más de tres millones de desplazados. Joe Freeman, de Amnistía Internacional, advirtió que el ejército birmano ha bloqueado ayuda humanitaria en zonas conflictivas, lo que agravará la crisis. Además, el control fragmentado del territorio por grupos rebeldes dificultará la distribución de auxilio. 

Mientras la comunidad internacional evalúa su respuesta, sobrevivientes y rescatistas enfrentan una carrera contra el reloj. Con hospitales saturados, comunicaciones intermitentes y caminos destruidos, la prioridad es salvar vidas. Pero en Myanmar, donde la sombra de la junta lo cubre todo, la ayuda podría llegar demasiado tarde para muchos. Este terremoto no solo ha sacudido la tierra, sino también la frágil esperanza de un país que ya sangraba antes de la catástrofe.

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Ángeles García
Ángeles García

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