Víctor Sánchez Espinosa, arzobispo de Puebla desde 2009, presentó este miércoles su renuncia al papa León XIV tras cumplir 75 años, edad establecida por el Derecho Canónico para solicitar la dimisión. Aunque continuará en el cargo hasta que el pontífice resuelva, su salida marca el inicio de un proceso que podría extenderse meses.
La Arquidiócesis de Puebla confirmó que Sánchez Espinosa envió este 21 de mayo de 2025 su carta de renuncia, tal como lo exige el canon 401. El texto subraya que, pese al trámite, el religioso mantendrá sus funciones y autoridad hasta que el Vaticano emita un fallo. El anuncio se dio horas después de que Francisco Javier Martínez Castillo, obispo auxiliar, anticipara el gesto protocolario, aclarando que “no significa aceptación inmediata”.
Sánchez Espinosa, designado por Benedicto XVI hace 16 años, enfrenta desafíos de salud: fue operado de ambas rodillas en febrero tras complicaciones por una caída en 2024. Aunque reapareció en abril durante Semana Santa, se le vio con dificultades para caminar. Pese a ello, aseguró sentirse “bien físicamente” durante su reciente celebración de cumpleaños en el Seminario Palafoxiano, donde reiteró su compromiso de guiar a la feligresía “hasta que el Papa lo indique”.
En su homilía, enfatizó la importancia de la congruencia entre fe y acción, así como la necesidad de promover valores cristianos en la comunidad. Agradeció a Dios y a la Virgen María por permitirle continuar su labor pastoral, recordando su vocación temprana: ingresó al seminario a los 13 años sin imaginar que décadas después lideraría una de las diócesis más importantes de México.
Mientras el Vaticano evalúa su sucesión, Sánchez Espinosa seguirá al frente de una arquidiócesis que busca estabilidad en medio de su transición. Su legado, marcado por la resiliencia ante adversidades físicas y su enfoque en la unidad espiritual, queda temporalmente en suspenso, a la espera de una respuesta que definirá el futuro religioso de Puebla.
