**Las acciones realizadas en el “Puente del Muerto”, refuerzan lazos sociales y físicos entre ambos estados**
Juan Rubio
Chietla, Pue.
El pasado domingo 13 de abril, autoridades de Puebla y Morelos realizaron una faena comunitaria histórica en el simbólico “Puente del Muerto”, punto limítrofe entre ambos estados.
La iniciativa, coordinada por el presidente municipal de Chietla, Edgardo Ponce Cortes, y su homólogo de Axochiapan, Marco Cuate Romero, junto a la diputada Azucena Rosas Tapia y el líder comunitario Gabriel López García, buscó recuperar espacios públicos y mejorar la seguridad vial en una zona clave para la movilidad regional.
Las labores incluyeron la poda de maleza, reparación de señalizaciones y limpieza de sistemas de drenaje en áreas estratégicas. Estas tareas no solo mejoraron la transitabilidad, sino que sirvieron como plataforma para fomentar la organización ciudadana.
“Este esfuerzo demuestra que, cuando priorizamos el bien común, superamos barreras geográficas y políticas”, destacó Ponce Cortes, quien resaltó el rol de la faena como herramienta para reconstruir el tejido social.
La Diputada Rosas Tapia enfatizó que proyectos como este sientan bases para una democracia participativa: “Aquí no hay protagonismos individuales; es la ciudadanía organizada la que define prioridades y soluciones”. Por su parte, Cuate Romero subrayó que la intervención refleja un modelo de gobernanza, que combina gestión institucional con saberes locales: “No solo arreglamos caminos, sino que tejimos confianza”.
La faena trascendió lo logístico, al incorporar diálogos comunitarios para diseñar reglamentos de uso y mantenimiento de la zona, asegurando sostenibilidad. Este enfoque, respaldado por el gobernador Alejandro Armenta como parte de su agenda de transformación social, posiciona a la colaboración intermunicipal como eje para resolver desafíos compartidos, desde infraestructura hasta cohesión identitaria.
Con camisas sudadas y herramientas en mano, vecinos y funcionarios cerraron la jornada con un mensaje claro: la verdadera conectividad no se mide en kilómetros de asfalto, sino en voluntades unidas. Así, Puebla y Morelos escriben, literalmente, un puente hacia futuros comunes.
