Lo que sería un vuelo comercial como cualquiera, se transformó en una tragedia al impactarse contra un edificio de la ciudad de Ahmedabad, en India. Según los reportes hechos por las autoridades locales, informaron que han sido localizadas 204 personas sin vida en la zona del accidente y 41 que recibieron graves heridas que ya han sido atendidas.

Mafer Muval / Internacional
Este jueves 12 de junio, la aeronave Boeing 787-8 Dreamliner de Air India se precipitó sobre una zona residencial a las afueras del aeropuerto de la antes mencionada localidad. Este accidente dejó un rastro de destrucción sin estimación y un saldo de al menos 200 muertos y decenas de heridos; pues en el avión se transportaba a 247 personas, entre ellas 217 adultos y 11 niños.
El destino del viaje sería el aeropuerto de Londres-Gatwick, pero poco después del despegue, se desplomó en una zona habitable, lo que ocasionó una gran explosión y un incendio posterior. Ante esto, la conmoción en el país y en el sector aeronáutico internacional, ha despertados muchas dudas, preguntas e investigaciones; ya que es la primera falla en una aeronave como esta.

“Podría tratarse de un fallo humano, un problema mecánico, factores ambientales como viento o visibilidad reducida… o una combinación de todos ellos”, mencionó Anita Mendiratta, experta en aviación, al enfatizar que los accidentes en la fase de despegue son bastante extraños; además de existir una serie compleja de problemas técnicos en juego durante esos minutos.
Por otro lado, la situación se agrava debido a que llevaba el depósito lleno, calculándose en unas 130 toneladas de combustible. Gracias a esto se gestionó una enorme devastación en el sitio, alcanzando el fuselaje como en las edificaciones ajenas al punto de impacto, el cual era un albergue de estudiantes de medicina.