**Con cinco réplicas arqueológicas monumentales y proyección de videos, se inauguró este evento, el cual estará disponible hasta el 27 de julio**
Redacción / Ciudad de México.
La noche del pasado viernes 11 de julio, el corazón de la Ciudad de México volvió a latir al ritmo de su historia. Bajo un cielo nublado y una lluvia constante, el zócalo capitalino se transformó en una pantalla viva, que proyectó más de 700 años de memoria y resistencia.

A pesar de las inclemencias del tiempo, la inauguración de “Memoria Luminosa. México-Tenochtitlan: 700 años”, logró convocar a decenas de personas que, con sombrillas en mano y cobijados por impermeables, no quisieron perderse esta celebración monumental de la fundación de Teotihuacán.
El espectáculo, que combina proyección de videomapping (técnica audiovisual que proyecta imágenes sobre superficies como edificios) e iluminación artística, se instaló sobre las imponentes fachadas de la Catedral Metropolitana y el Palacio Nacional. Desde las 8:00 de la noche, los rostros de Coatlicue, Tlaltecuhtli y la Piedra del Sol, entre otras deidades y símbolos mexicas, emergieron del muro como si nunca se hubieran ido.

Cinco réplicas arqueológicas de gran escala complementan la experiencia visual. Colocadas frente a Palacio Nacional, estas esculturas nos recuerdan la profundidad de nuestras raíces. El Teocalli de la Guerra Sagrada, la diosa Tlaltecuhtli, y la emblemática Piedra del Sol (calendario azteca), parecían vigilar la plaza con solemnidad.
Sin embargo, no todo fue perfecto. El acto protocolario que iba a encabezar la nueva jefa de Gobierno, Clara Brugada, se canceló por las lluvias. Y aunque se agradece el esfuerzo técnico y artístico de la producción, muchos asistentes coincidieron en que la etapa prehispánica fue abordada de manera muy breve en comparación con otros momentos históricos, como la Independencia, la Revolución Mexicana o el sismo del 85. Incluso, se hizo una sutil alusión humorística a que el dios Tláloc (deidad del agua y la lluvia), se habría molestado por su poco protagonismo… y por eso mandó la tormenta.
Lo cierto es que el espectáculo logra algo valioso: despertar la emoción y el interés por conocer nuestra historia. Los asistentes, entre turistas, familias y capitalinos de todas las edades, reaccionaron con asombro ante los efectos visuales que animaban el escudo nacional, las reformas sociales recientes como la despenalización del aborto, y la lucha por la diversidad de género.
La bandera monumental ondeaba en ocasiones con los colores vivos iluminados por los reflectores, mientras el público se resguardaba como podía entre árboles, escalinatas y el umbral de los edificios. Algunos, valientes y empapados, se quedaron justo frente al Palacio Nacional, el mejor punto para apreciar la totalidad del espectáculo.
“Memoria Luminosa” estará disponible hasta el próximo 27 de julio, con dos funciones diarias a las 8:00 y 9:00 de la noche, y la entrada es libre. Si deciden ir, lleven impermeable, sombrilla y, sobre todo, disposición para dejarse llevar por un viaje visual e histórico que, aunque breve en algunos tramos, nos recuerda la grandeza y complejidad de lo que somos. Este tipo de iniciativas culturales no solo son importantes para celebrar aniversarios, sino para construir identidad. Porque conocer nuestra historia no es un lujo, es un derecho. Y porque, como se vivió en esa noche lluviosa, ni la tormenta más persistente puede apagar una memoria que sigue iluminando.