-Joven denunció acoso y fue hallada sin vida días después.
Estefanía Rodríguez Cruz, una joven de 21 años con sueños de convertirse en cantante de rap, fue encontrada sin vida en una bodega de Xochitepec, Puebla, días después de denunciar que un hombre la acosó y grabó sin su consentimiento en la tienda de ropa donde trabajaba. Su cuerpo presentaba múltiples heridas de arma blanca y signos de violencia sexual, lo que ha desatado indignación y exigencias de justicia en la comunidad.
Fanny, como la conocían, había quedado huérfana tras perder a su madre durante la pandemia de COVID-19. Sin familiares directos que la respaldaran, enfrentó la vida con determinación, trabajando para pagar sus estudios. Sin embargo, su vulnerabilidad quedó al descubierto cuando, tras denunciar el acoso, las autoridades no actuaron a tiempo para protegerla.
Según testimonios de amigos, días antes de su muerte, Fanny reportó a un sujeto que la grabó sin permiso en su lugar de trabajo. Molesto por el rechazo, el hombre la insultó y la esperó afuera, lo que la llevó a presentar una denuncia ante el Ministerio Público. Sin embargo, el sistema no la protegió.
“Cuando Fanny perdió a su madre, nosotros nos convertimos en su familia. La acompañamos a denunciar, pero ahora el caso parece olvidado porque no tiene padres que exijan respuestas”, declaró uno de sus amigos, frustrado por la falta de avances.
Este crimen se convierte en el sexto feminicidio registrado este año en la Sierra Norte de Puebla, una región donde la violencia de género sigue en aumento. Vecinos y activistas exigen acciones inmediatas, señalando la negligencia de las autoridades en casos donde las víctimas no cuentan con familiares que presionen por justicia.
En redes sociales, la indignación crece bajo consignas como #JusticiaParaFanny y #NiUnaMenos, mientras colectivos feministas preparan movilizaciones para exigir seguridad y respuestas claras.
“Fanny no está sola, somos muchas las que alzamos la voz por ella”, expresó una vecina de Xicotepec durante una vigilia improvisada. La falta de transparencia en la investigación y el riesgo latente para otras mujeres mantienen en alerta a la población.
Mientras las autoridades guardan silencio, la memoria de Fanny se convierte en símbolo de una lucha que no puede esperar más. Su sueño truncado y su voz callada reclaman, hoy más que nunca, que ningún otro nombre se sume a esta lista impune.
