Ambos estaban desaparecidos desde octubre de 2024; la Fiscalía apunta a la participación de células delictivas
Después de casi siete meses de búsqueda, las autoridades confirmaron el hallazgo sin vida de la activista Sandra Domínguez Martínez. Esto junto con el cuerpo de su esposo Alexander Hernández en una fosa clandestina ubicada en Santiago Sochiapan, Veracruz, cerca de la frontera con Oaxaca.
Sandra, abogada mixe y defensora de los derechos de las mujeres, había sido reportada como desaparecida desde el 4 de octubre de 2024.
Su desaparición generó protestas y movilizaciones. En especial tras conocerse que ella había denunciado públicamente a funcionarios de Oaxaca por compartir imágenes íntimas de mujeres sin consentimiento en grupos de WhatsApp.
Las autoridades localizaron los cuerpos el 24 de abril en un rancho de la comunidad de Nazareno. Fue en un operativo en el que murieron tres personas, incluido el dueño del predio, identificado como A.G.T.
De acuerdo con la Fiscalía de Oaxaca, las principales líneas de investigación apuntan a células criminales que operan en la región veracruzana. Aunque familiares y colectivos insisten en que se investigue también la posible relación con su labor como activista.
Durante su trayectoria, Sandra denunció la existencia de grupos como “Sierra XXX” y “Mega Peda”. Grupos en los que participaban funcionarios y legisladores locales para compartir contenido sexual sin autorización.
Estas acciones la colocaron en el foco de amenazas y hostigamientos, que finalmente la llevaron a bajar su perfil público meses previos a su desaparición.
Una mujer identificada como C.E.R.M. ha sido detenida como presunta implicada en el crimen. La Fiscalía aseguró que se mantiene abierta la investigación.
“El caso de Sandra es un reflejo doloroso y contundente de la realidad que soportamos en el país”, expresó su familia tras el anuncio.
La madre de la activista, Aracely Martínez, exigió justicia frente al Palacio de Gobierno de Oaxaca: “Quiero que me regresen a mi hija”.
