IA y agricultura derrochan agua

Mientras la escasez de agua se agudiza en el mundo, dos sectores aparentemente distantes —la inteligencia artificial (IA) y la agricultura industrial— emergen como grandes depredadores del recurso. Plataformas como ChatGPT consumieron 216 millones de litros de agua en total, según estimaciones recientes. Cada imagen generada por IA requiere hasta 5 litros, y producir un texto de 100 palabras gasta 519 mililitros, equivalente a una botella pequeña. Pero estos números palidecen frente a industrias como la agricultura, donde un kilo de carne de res demanda 15 mil litros, o el algodón, con 6 mil 55 litros por kilo. 

A nivel mundial, la agricultura encabeza la lista: el arroz (mil 144 litros/kg) y la caña de azúcar (mil 280 litros/kg) agravan la crisis en regiones ya secas, como India y Brasil. La moda y las bebidas no se quedan atrás: unos jeans consumen 7 mil litros, y Coca-Cola usa 35 litros por vaso. La energía y la industria petrolera completan el panorama, con plantas termoeléctricas que devoran millones de metros cúbicos anuales. 

En el país, el agro absorbe hasta el 76% del agua, pero pierde el 57% por riego obsoleto. Empresas como Coca-Cola FEMSA (55 mil 812 millones de litros al año) y Grupo Modelo (10 litros por cada litro de cerveza) enfrentan críticas. La minería, con Grupo México a la cabeza, y la CFE, con sus termoeléctricas, también destacan por su huella hídrica. 

Expertos urgen regulaciones más estrictas y tecnologías eficientes, especialmente para la IA, cuyo consumo crecerá con la demanda. Mientras, alternativas como cultivos sostenibles y reciclaje de agua en la industria podrían mitigar el problema. El agua es finita, y su derroche, insostenible. 

Detrás de cada texto, imagen o alimento hay un rastro de agua que el planeta ya no puede permitirse ignorar.

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Ángeles García
Ángeles García

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