
Uno de los programas del Plan México, diseñado por el Gobierno federal para consolidar la economía del país, es el denominado Polos de Desarrollo para el Bienestar, que tiene como objetivo abrir las oportunidades de inversión para impulsar económicamente al país.
Los primeros polos de desarrollo se instalaron en la zona del Istmo de Tehuantepec y otras regiones del sur sureste. El jueves pasado, en la conferencia matutina, el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo anunció, a través del Secretario de Economía Marcelo Ebrard, que la Ciudad Modelo, ubicada en San José Chiapa, al oriente del estado de Puebla, se convierte en un Polo de Desarrollo para el Bienestar.
Ciudad Modelo se creó en 2013, durante el gobierno de Rafael Moreno Valle Rosas, a la llegada de la empresa automotriz Audi. Fue proyectada para ser un espacio habitacional e industrial, con servicios educativos, recreativos y de salud, pensado en un primer momento para los trabajadores de la planta automotriz. Sin embargo, pocos fueron los trabajadores que optaron por vivir ahí. Con el tiempo, el proyecto quedó parado, a pesar de que la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) abrió ahí un campus regional.
El hecho de que el Gobierno federal, con el apoyo del estatal, haya catalogado a Ciudad Modelo como un foco de desarrollo, constituye una oportunidad para abrir las puertas a la inversión pública y privada y aportar al desarrollo económico de Puebla, en especial de la región oriente del estado.
Al inicio de su gobierno, el licenciado Alejandro Armenta Mier planteó convertir la Ciudad Modelo en la Capital de la Tecnología y la Sostenibilidad, aprovechando mejor la infraestructura y las inversiones ya realizadas en esa zona de San José Chiapa.
Además de la planta automotriz Audi, en ese lugar se ubica el Centro de Mantenimiento Optoelectrónico de la Armada de México, y el Centro de Especialización de Recursos Humanos de Alto Nivel en el Sector Automotriz; la BUAP ofrece en el Campus San José Chiapa, las ingenierías en Procesos y Gestión Industrial, en Automatización y Autotrónica, y en Sistemas y Tecnología de la Información Industrial.
El primer paso en la realización de este programa de desarrollo es la instalación de la planta armadora de automotores Onilia, un proyecto de creación de un vehículo eléctrico totalmente mexicano.
No obstante, la intención es abrir espacios a la inversión privada nacional y extranjera, aprovechando la infraestructura específica, con beneficios fiscales focalizados y facilidades administrativas que contribuyan a detonar la actividad económica.
En su intervención en la conferencia matutina de la presidenta Sheinbaum, el Secretario de Economía explicó que la Ciudad Modelo es considerada uno de los pilares para la atracción de inversiones nacional y extranjera en múltiples industrias, mediante incentivos fiscales y facilidades administrativas para la instalación de sus empresas.
Entre los tipos de industrias a las que el plan del Gobierno federal considera abrir espacios en estos Polos de Desarrollo para el Bienestar, están: Agroindustria, Automotriz y electromovilidad, Farmacéutica y dispositivos médicos, Electrónica y semiconductores, Química y petroquímica, Industrias metálicas básicas y Metalmecánica.
Hay una coincidencia entre los proyectos del Gobierno federal y los del estatal, en esta conjugación de perspectivas de futuro; Ciudad Modelo tiene todo para convertirse a lo largo del sexenio en la Capital de la Tecnología y de la Sostenibilidad.
Puebla cuenta con un gobierno dispuesto a unir esfuerzos con el Gobierno federal, un espacio, Ciudad Modelo, con la infraestructura necesaria para hacer realidad este Polo de Desarrollo, y cuenta con instituciones educativas y centros de investigación formadores de profesionales y científicos de primer nivel. Es el momento en que el sector privado se una al desarrollo económico de Puebla.
Iglesia poblana en proceso de cambio
El jueves 22 de mayo, el arzobispo de Puebla Víctor Sánchez Espinosa cumplió 75 años de edad. Tal como lo señala el Canon 401, inciso 1 del Código de Derecho Canónico, ese día envió al Papa León XIV su carta de renuncia a su oficio como pastor de la arquidiócesis de Puebla.
Esto no significa que a partir de ese día deja de ser la autoridad de la Iglesia Católica en la arquidiócesis, porque la renuncia, tras ser recibida por el Papa, es éste el que determinará la fecha en que se haga efectiva. Textualmente, en Canon 401 señala que el Sumo Pontífice “proveerá teniendo en cuenta todas las circunstancias”.
De este modo, la renuncia del arzobispo Sánchez Espinosa podría ser aceptada en semanas, meses o años. Son contados los casos en que la renuncia de un obispo es aceptada de inmediato por el Papa, sea por su conducta poco cristiana o porque no coincide su trabajo pastoral con los criterios de la Santa Sede.
En el primer caso, se ubica el de Onésimo Cepeda, quien fuera obispo de Ecatepec, en el Estado de México. Su vida de lujos y despilfarro generó que el Papa Benedicto XVI, le aceptara la renuncia a los pocos días de cumplir 75 años. En su lugar, nombró a un obispo poblano misionero de Guadalupe, con la consigna de corregir los desperfectos de Onésimo.
Otros casos notables fueron los del obispo de Cuernavaca Sergio Méndez Arceo, a quien la renuncia le fue aceptada por el Papa Juan Pablo II el mismo día que cumplió los 75 años; esto por haber afirmado que el socialismo estaba más cerca del cristianismo que el capitalismo.
Lo mismo sucedió con don Samuel Ruiz, obispo de San Cristóbal de las Casas, cuya pastoral centrada en la defensa de la población indígena y en la línea de la Teología de la Liberación, nunca fue bien vista por el Vaticano y por el peor nuncio que ha tenido la Iglesia en México: Girolamo Prigione.
Aún es muy temprano, sin embargo, ya hay analistas que empiezan con elucubraciones sobre el sucesor de monseñor Víctor, que van de Tlapa, Guerrero, a Matamoros, Tamaulipas, pasando por Puebla, Xalapa y anexas. Pero Puebla no es la única arquidiócesis que cambiará de obispo. El arzobispo primado de México también cumple 75 años y presenta su renuncia. Así pues, la pregunta es: ¿quién se va a México y quién a Puebla?