Una alerta para Morena

Más de cinco mil 300 kilómetros separa a la Ciudad de México de la capital de Bolivia, La Paz; sin embargo, lo sucedido en ese país ubicado en los Andes, en Sudamérica, es una alerta para el partido que gobierna en México y cuya sede es la capital del país.

El pasado 17 de agosto se realizaron elecciones presidenciales en Bolivia, un país gobernado por casi 20 años por el partido Movimiento al Socialismo (MAS), al ser elegido en 2005 el líder indígena Evo Morales. El partido sólo dejó el poder por un año, a causa del golpe de Estado encabezado por Jeanine Áñez (2019-2020)

Se habló del milagro boliviano, por el desarrollo alcanzado por ese país. Sin embargo, en las elecciones pasadas, el MAS obtuvo únicamente el 3.4% de los votos, hundiéndose hasta el sexto lugar. Ahora en la segunda vuelta, buscarán la presidencia dos candidatos de derecha: Rodrigo Paz Pereira y Jorge Tuto Quiroga.

¿Cómo es posible que un partido gobernante por dos décadas y que superó un golpe de Estado de la ultraderecha hoy haya caído hasta el sexto lugar y ceda el poder a la derecha?

La respuesta se resume en una sola palabra: DIVISIÓN.

MAS, el partido gobernante se partió en dos: un sector apoyando al presidente de la república Luis Arce, y otro sector apoyando al expresidente Evo Morales. El candidato fue del grupo afín al presidente Arce. En reacción, Evo Morales llamó a anular el voto. El pueblo le dio la espalda a MAS, porque en el gobierno de Arce el país entró en una grave crisis económica. Así el 19 de octubre, los bolivianos tendrán que escoger entre dos candidatos de derecha para la presidencia de la república.

MAS y Morena, coincidencias

Hay algunas coincidencias entre el Movimiento al Socialismo (MAS) y el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). Ambos surgieron como una reacción frente al neoliberalismo impuesto desde Washington a los países del mundo, sobre todo a América a partir de la dictadura de Augusto Pinochet en Chile (1973). Ambos movimientos se ubican dentro de un proyecto de izquierda que busca una sociedad más justa y defienden la soberanía de las naciones frente a una globalización que pretende uniformar a los países en una misma economía, un mismo sistema político y una misma cultura.

Al tomar el poder en Bolivia, Evo Morales inició un programa de defensa de la riqueza natural boliviana, un reparto justo de la riqueza y la revaloración de las culturas originarias de esa región andina. Los resultados fueron positivos, de ahí el calificativo de “milagro boliviano”.

Ambos movimientos han sido apoyados por la mayoría de la población y se han enfrentado a una oposición agresiva y propensa a buscar el apoyo y la ayuda de la principal potencia del capitalismo: los Estados Unidos.

Sin embargo, entre MAS y Morena hay diferencias.

Aunque la oposición acusa a Morena de llevar al país a una dictadura socialista, desde antes de que asumiera el poder Andrés Manuel López Obrador, el proyecto de nación que ha comenzado a construirse a partir de 2018, no tiene un sustento marxista; la Cuarta Transformación (4T) tiene su base ideológica en el liberalismo juarista, como bien lo señaló el fundador del movimiento. De ahí que el país regrese a una economía mixta regida por el Estado y no por el mercado.

Otra diferencia importante es el respeto al precepto constitucional de la no reelección. Mientras la derecha mexicana alertaba de que López Obrador se reelegiría e incluso hoy comentaristas afirman que sigue gobernado a través de la Presidenta, en Bolivia Evo Morales gobernó por tres períodos seguidos, de 2006 a 2019.

En México, la derecha se frota las manos

Este giro de Bolivia hacia la derecha ha despertado la esperanza del PRIAN de ganar las elecciones de 2027 y recuperar la Presidencia de la República en 2030. ¿Ilusión u oportunidad?

Es evidente que en los últimos meses Morena ha enfrentado errores de sus militantes que generan alerta en sus filas y entre los votantes que dieron su respaldo a la 4T.

Hay indicios de la gestación del fenómeno de “tribus”, como sucedió en el desaparecido PRD. Las acciones y declaraciones del líder de los diputados federales de Morena, Ricardo Monreal, son preocupantes. Logró que la ley que frena el nepotismo se aplique hasta 2030, porque su familia ha creado un cacicazgo en Zacatecas y esa ley lo perjudica. Asimismo, frente a la convocatoria de una consulta amplia para la reforma electoral, afirmó que a fin de cuentas será el Congreso el que decida.

El otro golpe es el asunto del exsecretario de Seguridad en Tabasco durante el gobierno de Adán Augusto López, hoy líder de Morena en el Senado. Esto ha servido para que el PRIAN presente al partido gobernante como corrupto y aliado con el crimen organizado; algo que refuerza la afirmación de que el país es más violento ahora.

A esto se unen los lujos de militantes de primera línea, algo que contradice los postulados en los que López Obrador sustentó su movimiento: “por el bien de todos, primero los pobres”; “No puede haber gobierno rico con pueblo pobre”.

Es evidente que ninguna de estas y otras situaciones contrarias a la 4T son capaces de hundir a Morena; pero son indicios que deben tomarse en cuenta para el futuro próximo (2027) y para 2030, porque la tendencia a crear tribus, hacer ostentación de riqueza y utilizar el parentesco para escalar en las esferas del poder, son los defectos que terminaron con el PRD y los que llevaron a la quiebra al PAN y al PRI.

Retazos

La Benemérita Universidad Autónoma de Puebla ha iniciado su proceso para la elección de rector para el período 2025-2029. Este lunes se inicia el registro de aspirantes y el 28 se registran los candidatos que resulten idóneos. Las campañas se realizarán del 29 de agosto al 8 de septiembre. La auscultación sectorial (votación) será el 10 de septiembre y el 12 el Consejo Universitario designará al rector. Seguramente, la doctora Lilia Cedillo Ramírez continuará al frente de la Máxima Casa de Estudios del estado de Puebla.

El senador Rodrigo Paz Pereira, del Partido Demócrata Cristiano, y el expresidente conservador Jorge Tuto Quiroga quedaron en primer y segundo lugar respectivamente con 32% y el 27% de los votos en las elecciones presidenciales del domingo, según los resultados oficiales preliminares.

Ninguno de los candidatos obtuvo un porcentaje de votos suficiente para asegurar una victoria en primera vuelta, por lo que habrá balotaje el 19 de octubre.

La sorpresa de la jornada electoral fue Rodrigo Paz Pereira, hijo del expresidente Jaime Paz Zamora, quien no figuraba como una opción para la mayoría de los expertos. En cambio, el favorito de las encuestas de opinión era el empresario liberal Samuel Doria Medina, quien quedó en tercer lugar con el 20,2%.

El partido gobernante Movimiento al Socialismo (MAS) sufrió una debacle al quedar en sexto lugar con el 3,14% de los votos, lo que le permitía salvar la personería jurídica del partido pese a la caída histórica en la preferencia electoral.

Así se pone fin a 20 años del MAS en el poder que sólo fueron interrumpidos por el breve gobierno interino de Jeanine Áñez entre 2019 y 2020.

De la mano de Evo Morales, quien refundó el movimiento en 1997, el MAS se convirtió en uno de los partidos políticos más exitosos en la historia de Bolivia, ganando las elecciones presidenciales de 2005, 2009, 2014 y 2020 con más del 50% de los votos, sin necesidad de ir a una segunda vuelta.

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Daniel Aguilar
Daniel Aguilar

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