Redacción / Información nacional.
En el Hospital General de Macuspana, Tabasco, se vivió un hecho insólito que ha encendido la alarma sobre las condiciones en las que se opera en algunos centros de salud pública del país.
Médicos del nosocomio recurrieron al uso de una botella de plástico cortada por la mitad como sustituto de un casco cefálico en un recién nacido. Esta medida extrema fue tomada debido a la carencia de insumos médicos esenciales en el hospital.
El bebé, según información proporcionada por el personal médico, nació por parto natural y presentaba signos de meconio —una complicación que puede poner en riesgo la vida del menor si no se actúa rápidamente. Ante la urgencia de proteger al recién nacido y la falta del equipo necesario, el personal recurrió a lo único que tenían disponible en ese momento: una botella de plástico.
Aunque el menor se encuentra estable y fuera de peligro, el caso ha generado una fuerte polémica tanto en el ámbito médico como entre la ciudadanía. El director del IMSS-Bienestar en Tabasco, Adalberto Pérez Lanz, declaró que los responsables del procedimiento han sido suspendidos mientras se lleva a cabo una investigación por parte de las autoridades competentes en la zona.
La situación ha abierto un debate sobre el desabasto de materiales médicos en hospitales públicos, especialmente en regiones rurales o marginadas. Para muchos, lo ocurrido no sólo refleja la creatividad del personal de salud ante la adversidad, sino también la urgente necesidad de reforzar el sistema sanitario con mayores recursos e infraestructura adecuada.